En la costa de la niebla
al borde del acantilado
se asienta en la soledad
un cementerio de mi agrado
Alli moran en silencio
entre sauces que les lloran
y una losa en su pecho
almas que no atesoran
Penas, lloros y sufrimientos
se oyen por las noches
cuando la luna despierta
y el viento grita a los bosques
En el nicho diecisiete
vive nuestro amigo Paco
sufriendo por la eternidad
al saber quién esta abajo
El de abajo es Miguel
fue moreno, ahora es pálido
a Paco le quito su mujer
y desde entonces desdichado
Su mujer era Inés
y su cuerpo aqui reposa
en el nicho veintidós
adornando siete rosas
En frente está Ramón
veinte años de dolor
a su hijo vio morir
de una viga se colgó
Su hijo descansa a su lado
corta fue su escasa vida
el destino se lo llevó
a la vida de las noches sin días
Todos los días en penumbra
llega la tierna Elisa
con seis rosas del jardín
y el recuerdo de sus risas
Llora Elisa, llora
cuando ve a Fernando
y no pudo decirle en vida
cuanto le había amado
Antes de morir se habían enfadado
no se hablaban pero se querían
y ahora todos los días Elisa
llora y llora por su pecado
Y así pasan los días
en el cementerio del acantilado
donde la niebla y el frío
y los sauces que lloran
recuerdan a los vivos
que sus almas allí moran.
BIENVENIDOS A CELDA MELANCOLÍA
Os presento a continuación mi pequeño espacio, en el que podreis leer poemas que escribo, así como pensamientos y demás divagaciones. Quizás alguno de vosotros lo lea y crea que es una basura literaria. No pretendo escribir buena poesía ni mucho menos, tan sólo aliviar ciertos sentimientos. Bienvenidos por tanto a esta celda, mi Celda Melancolía.
La poesía no quiere adeptos, quiere amantes.
Federico García Lorca.
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